Como una imagen vale más que mil palabras entenderéis enseguida el titular cuando veáis las fotos de este minipiso sueco. Los 4,3 metros del suelo al techo se han aprovechado para llevar el dormitorio a una zona elevada a modo de balcón con vistas al comedor.
La entrada al edificio ya nos avisa de que en el interior vamos a encontrar detalles de otras épocas, pero no podemos intuir la espectacular altura al techo que convierte este pequeño piso de 45m² en uno de 62 m² gracias a la plataforma elevada que aloja el dormitorio y una pequeña zona de estudio.
La construcción del inmueble data del 1898 y formó parte del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo donde fue usado por alumnos de química y farmacia como laboratorio. Casi podemos imaginar aquellos estudiantes entre botellas de cristal, microscopios y balanzas sólo con observar el comedor, el panel de muebles y estanterías de la cocina y los grandes ventanales en forma de arco, cristalería típica de edificios oficiales de los últimos dos siglos.
Me encantaría vivir en un edificio con esta historia ¿a vosotros no? reformado y actual como este en el interior, claro está :) Preciosa la iluminación natural y los acabados.
Vía: Alexander White
1 Comment
Fresia
24/09/2016 at 08:43Un piso precioso y tan espacioso para unas medidas que te dicen todo lo contrario. Me han encantado los muebles de la cocina y la escalera para llegar hasta el infinito y más allá; y esa puerta de espejo en el baño para ocultar la estación de lavado es una idea sencillamente genial.