Para cuando podamos socializar más de 4 (así estamos en Andalucía), esta cocina podría ser el magnífico marco para una buena celebración.
Si por algo nos gustan las cocinas nórdicas abiertas es porque se prestan a llenar la casa de amigos y familia para cualquier evento y hacerlo cómodamente.
Cocinas blancas, luminosas con mucha amplitud, que conectan con el comedor y el salón, haciendo fácil las reuniones y la socialización con amigos, algo que para los nórdicos es básico, porque al ser tan caro salir a comer fuera y no haber tanta oferta de locales como en España, pues suelen reunirse, pero la mayoría de las veces en casa.
La cocina de este bonito piso nórdico de 62 m² de segunda mano, es perfecta para socializar, tan amplia y luminosa. Los muebles son de color negro, que resaltan con un fondo tan blanco, pero no abruman al no haber armarios superiores.
El resto del espacio abierto tiene elementos llamativos, como esa pared de ladrillo visto, rescatado en alguna reforma y el suelo de madera pintado de blanco, una solución barata adoptada por algunos nórdicos para darle unos años de vida a un suelo de madera maltratado por el uso y el tiempo.
Magnífica también la luz natural del suroeste que entra por las ventanas y se refleja sobre el suelo pintado de blanco. No os perdáis el dormitorio, que aunque es pequeño, también tiene esa pared de ladrillo tan vistosa y espacio para mesa de trabajo. ¡Feliz lunes!
Vía: Alvhem
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