Al norte de Gotemburgo, se encuentra esta bonita casa de madera de vacaciones pensada para disfrutar de actividades al aire libre en el entorno, pero también actividades de interior.
Porque utilizarla en invierno, cuando fuera hace frío y nieve, para disfrutar de días tranquilos de chimenea y velas en el interior, tiene que ser una auténtica maravilla ¿os imagináis?
Es una casa antigua, de esas en las que se ve perfectamente el paso de los años. Fue construida en 1910 y ha sufrido reformillas aquí y allá constantemente, conservando ese encanto y adquiriendo una pátina natural en todas las superficies, que solo el paso del tiempo da.
Como veis, en el exterior no faltan lugares para comer, disfrutar del sol o la sombra, espacios de almacenaje para leña o incluso un cobertizo con herramientas para hacer labores de carpintería o bricolage.
En el interior la madera natural y el papel de pared pintado conviven vistiendo paredes y techos y arropan un mobiliario reciclado y de mercadillo de pulgas, con ese encanto del estilo rústico.
Es sin duda una casa familiar de vacaciones donde sus habitantes tendrán cientos de bonitos recuerdos. ¡Feliz lunes!
Vía: Stadshem
1 Comment
LORENA
09/05/2022 at 13:59Tiene mucho encanto, a medida que vas viendo las fotos te vas traslandado a otra época.