Muchos de nosotros pasamos buena parte del día en una oficina y el trabajo fluye si nos encontramos en un entorno que lo favorezca.
El punto de partida debe ser la elección de los colores. Son el elemento visual que más afecta a nuestra percepción del entorno. Hoy en día conviene adecuar los tonos al tipo de actividad de la empresa o incluso de las funciones de la zona que vayamos a decorar.
Blanco: es el color más usado, da aspecto de limpieza, pero conviene combinarlo con algún que otro tono para que no se genere la sensación de estar en un hospital.
Gris: es muy elegante, mantiene la luminosidad del blanco, pero aporta un toque más moderno.
Amarillo: al ser un color cálido, desprende mucha energía y es recomendable para salas de reuniones donde es necesario que el equipo esté participativo.
Rojo: recomendamos su uso limitado, es un tono fuerte y debería estar presente en pequeñas cantidades y objetos de menor importancia.
Azul : es pura evocación al mar y al cielo, aporta tranquilidad y calma. Es un color frío que es perfecto para los departamentos de mucha comunicación diaria y estrés.
La siguiente fase debe ser la elección del mobiliario. La oficina es un espacio que pide sobre todo funcionalidad, pero no por ello debemos de renunciar a usar el mobiliario como un elemento que fomente el buen ambiente en la oficina. Y donde pasamos más horas es en el sillón escritorio, por lo tanto, tenemos que elegir muy bien. En tiendas especializadas como Ofiprix hay distintos tipos, nuestras preferidas son las sillas ergonómicas con apoyo cervical y lumbar.
Todos sabemos que la luz natural es el ingrediente perfecto para el bienestar y esto es aún más válido en la oficina. Lo óptimo es tener un entorno de trabajo que no necesite de focos eléctricos, al menos en buena parte del día. Otra solución es instalar paredes de cristal para las diferentes salas. Así el espacio sigue igual de abierto y funcional. Usar plantas o incluso jardines verticales es sin lugar a duda un acierto con mayúsculas.
En los últimos años se ha puesto de moda la presencia de mesas de tenis de mesa, futbolines, máquinas recreativas y otras para generar momentos distendidos entre los trabajadores y creemos que es un gran acierto. Las buenas ideas pueden surgir también en las reuniones no formales que ocurren alrededor de las mesas de juegos en la oficina.
Mención aparte para los que trabajan desde casa. Lo comentado hasta ahora sigue siendo válido, pero también hemos de añadir que conviene no tener muchos objetos personales a la vista para evitar las distracciones. No olvidar el uso de algún tipo de protección para el suelo si tenemos una tarima que se pueda dañar con las ruedas del sillón. El despacho en casa lo podemos poner casi en cualquier habitación, pero a veces es inevitable el uso compartido de ese cuarto. Podemos usar elementos como una maceta o un conjunto de plantas para generar cierta separación de los usos.
Fotos: freepick
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