A los ángulos que forman los techos inclinados se les puede sacar mucho partido, a pesar del inconveniente de que limitan el espacio.
Casi siempre es decorativamente hablando, porque en la práctica, estos ángulos que roban espacio en altura, influirán no siempre positivamente en la distribución y disposición del mobiliario en una habitación.
Está claro que la zona con menos altura no puede alojar grandes armarios o muebles, pero si puede ser un buen lugar para armarios de tamaño medio y pequeño, estanterías y soluciones de almacenaje que encajen casi a medida en el lugar.
La colocación de ventanas en estos muros verticales y la creación de alfeizares algo profundos ayuda a aprovechar un poco más el espacio y a iluminar.
Dejar las vigas vistas que soportan el peso de los muros y el tejado, es una bonita forma de que la estructura del edificio forme parte del interiorismo y nos enseñe tanto el estilo como la antigüedad.
Insertar focos y lámparas en las vigas y apliques en los techos inclinados, ayudara a crear una iluminación de ambiente, ideal para cuando cae la noche.
Como los techos abuhardillados son sinónimo de ático o último piso, abrir el tejado es posible y así se puede colocar el tiro de una chimenea, un tragaluz o ventanas oblicuas, de nuevo son dos elementos que crean ambiente e iluminan.
¿Os gustan los áticos abuhardillados? ¿Creéis que tener techos inclinados en una desventaja o un añadido en una decoración? contadnos :)) ¡feliz miércoles!
Vía: Ekenstam
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