Unas pocas fotos bastan para ilustrar lo que queremos decir con el uso del rosa, un color precioso y agradable, pero que usado en exceso en decoración puede resultar en lo contrario.
Cuando concentramos los contrastes en un color determinado, da igual que sea rosa u otro, hay y que tener cuidado con la cantidad de elementos de ese color que introducimos en la decoración, para no caer en el exceso y el caos total, dando lugar a un espacio hortera y extremo.
Partimos de la base de que no queremos un espacio como decimos, exagerado, :)) sino solo queremos dar ese toque de delicadeza y feminidad que aporta el rosa.
Este apartamento es un ejemplo magnífico de cómo sobre un base casi en blanco total se añade el toque de color en poquitos accesorios, textiles y flores frescas.
Fijaos como también se juega con los diferentes tonos del color, del rosa claro y pastel en el candelabro de la cocina, al rosa fucsia más fuerte en la tapicería del sillón del dormitorio.
Si cambiamos el color de contraste, digamos, el rosa por azul o por amarillo, probablemente conseguiríamos un efecto parecido, aunque colores distintos provocan sensaciones distintas, pero en lo que a cantidad se refiere, se aplicarían de la misma forma.
En vuestros hogares, ¿habéis elegido algún color como contraste? ¿cuál y como lo habéis aplicado? ¡feliz martes!
Vía: ahome4u
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