Con una planta abierta que maximiza el espacio y un dormitorio separado por una elegante pared de cristal con marcos negros, este pequeño hogar demuestra que no se necesita mucho espacio para crear un ambiente acogedor y lleno de encanto.
La primera característica que destaca en este apartamento es el uso inteligente del espacio. Con pocos muebles cuidadosamente seleccionados, se logra una sensación de amplitud y fluidez en cada rincón.
El mobiliario ligero y de líneas sencillas es una elección acertada para aprovechar al máximo cada centímetro cuadrado. La decoración se basa en colores neutros grises con toques de azul, creando una atmósfera tranquila y serena que invita al relax y la calma.
La cocina, en tonos grises topos, se encuentra en forma de «U» abierta al salón, lo que permite una integración perfecta entre los espacios y facilita la interacción social. Los armarios casi empotrados del fondo del mismo color que la pared, añaden funcionalidad y almacenamiento sin ocupar espacio visual adicional.
Con una cuidadosa planificación y diseño, esta cocina se convierte en el corazón de la vivienda, donde se puede disfrutar de la preparación de deliciosas comidas mientras se conversa con los invitados en el salón.
El dormitorio, separado por una pared de cristal con marcos negros, es un ejemplo de cómo crear una sensación de intimidad sin sacrificar la luz natural y la amplitud visual. La transparencia del cristal permite que la luz fluya libremente y que el espacio se sienta más grande de lo que realmente es.
El cuarto de baño también tiene buen tamaño si pensamos en el espacio global del apartamento, con bonitos detalles y acabados, como esas baldosas metro de la pared y las grises del suelo a modo de panal. La grifería en negro crea un bonito contraste con el resto de neutros.
¿Qué os parece la vivienda? ¿Diríais que solo tiene 35 m²? ¿Podríais vivir en tan poco espacio? ¡Feliz martes!
Vía: Behrer
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