Hoy os traemos un ejemplo de fusión única de lo rústico y lo moderno en esta cocina encantadora ubicada en un ático nórdico.
Desde una pared de ladrillo visto, hasta un suelo de madera reciclado pintado de negro, esta cocina deslumbra con su estilo personal. Grandes ventanales inundan el espacio con luz natural, mientras que los muebles de madera y metal aportan ese toque industrial elegante.
En el piso superior de este dúplex encontramos una gran sala abierta donde han dispuesto un salón – comedor formal, con vigas de madera vistas que añaden encanto y ese toque rústico a la vivienda, ya que suelen ser elementos que encontramos en casas de campo, pero no suelen ser tan habituales en la ciudad.
Nos encanta esa combinanción de materiales y elementos tan cálida y la paleta de colores elegida, blancos, arenas y madera, que al ser neutros hacen que el espacio fluya y la luz natural llegue a todas partes. ¿Os gusta? ¿Viviriais aquí? ¡Feliz lunes!
Vía: Erik Olsson
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