Esta bonita casa adosada sueca no es solo un espacio en el que habitar, sino una experiencia que invita a conectar con la naturaleza a través de su diseño.
En total 83 m² donde los generosos ventanales de la sala principal, de concepto abierto que abarca cocina comedor y salón, inundan de luz natural todo el espacio y amplían visualmente el interior, mostrando unas vistas encantadoras de un paisaje nevado.
La paleta de colores en el interior se presenta en tonos tranquilos de blanco y gris, creando una base neutra que resalta la simplicidad y la funcionalidad del diseño nórdico.
Nos llama la atención el dormitorio donde paredes y techo han sido pintados de un mismo color verde oscuro, lo mismo que algunos muebles como la estantería y las mesitas de noche voladas, y dan esa sensación de que se funden con la pared y todo es más limpio y ordenado y minimal.
¿Qué opináis de esta fusión entre naturaleza y diseño nórdico? ¡feliz martes!
Vía: bjurfors
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