Si hay algo en que la nueva construcción no puede competir con las viviendas más antiguas y bien conservadas es el factor histórico y ese puntito de elegancia que algunos elementos de obra suman al conjunto.
Y decimos viviendas bien conservadas, porque no todo lo antiguo es bello. Este encantador apartamento de 57 m² se encuentra en un edificio construido en 1898, más de 120 años, casi nada y aunque está claro que las viviendas de segunda mano, siempre pueden estar pendientes de una reforma, si se cuidan los detalles arquitectónicos al renovar, podemos terminar viviendo en un espacio que respira distinción y modernidad a la vez.
Mirad los techos altos de este piso con las molduras y los rosetones, eso difícilmente encontraríamos en una vivienda de obra nueva.
Si además cuidamos la paleta de colores como han hecho aquí, todavía da lugar a un espacio más relajante y refinado: las paredes, pintadas en tonos suaves y mates, crean una atmósfera serena y acogedora. Desde el blanco roto hasta el gris topo del dormitorio, cada color ha sido cuidadosamente seleccionado para crear una paleta cromática equilibrada y sofisticada.
La mezcla de todos los elementos anteriores, los detalles arquitectónicos, un mobiliario moderno y una paleta de colores sueaves y neutros dan lugar a esta elegante decoración y moderna vivienda en un edificio del siglo XIX. ¿Os gusta? ¡Feliz lunes!
Fotos propiedad: Entrance
1 Comment
Eugenia
25/09/2024 at 14:28Precioso, todo en armonía