Al adentrarse en este apartamento sueco de 65 m² se experimenta una sensación de amplitud y luminosidad que desafía las dimensiones reales del espacio.
Los techos altos invitan a mirar hacia arriba, y entonces se aprecian los delicados estucos que aportan esa elegancia atemporal. El suelo de pino, cálido y acogedor, se extiende por todo el apartamento, uniendo los diferentes ambientes y creando una atmósfera relajada.
La luz natural inunda cada rincón gracias a los grandes ventanales que enmarcan vistas al exterior. Estas aberturas, combinadas con las puertas interiores de madera lacada en blanco, confieren al espacio una sensación de ligereza y amplitud. Los zócalos altos, un detalle clásico de la arquitectura sueca, acentúan la verticalidad de las paredes y contribuyen a la sensación de espacio.
Cada elemento de este apartamento ha sido cuidadosamente seleccionado para crear un ambiente acogedor y funcional. La paleta de colores, dominada por tonos neutros y claros, amplifica visualmente el espacio y aporta una sensación de calma. El mobiliario, de líneas sencillas y funcionales, ha sido elegido para optimizar el espacio sin renunciar al estilo.
Este apartamento sueco es una prueba de que, con un poco de ingenio y creatividad, es posible transformar un espacio pequeño en un hogar amplio y lleno de encanto. Sus secretos residen en la elección de los materiales, la distribución del mobiliario y la cuidadosa selección de cada detalle.
¿Os parece elegante, cambiaríais algo? ¡feliz jueves!
Fotos propiedad Vision
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