La decoración de este pequeño apartamento de 35,5 m² captura la esencia de un espacio pequeño pero muy acogedor de estilo moderno y minimalista.
El estudio se caracteriza por una paleta de colores neutros y cálidos, dominada por tonos blancos, beige y grises, que crean una atmósfera serena y relajante. Justo al contrario que la vivienda de ayer con aquellos colores tan vibrantes.
La sala de estar es el corazón del apartamento y destaca por sus líneas limpias y su mobiliario funcional. Un sofá de diseño sencillo, adornado con cojines de diferentes texturas y colores, invita a la comodidad. Enfrente, una mesa de centro baja sirve como punto focal y crea un espacio acogedor para reuniones.
Uno de los elementos más llamativos de la habitación es la pared de ladrillo visto, que aporta un toque industrial y rústico al ambiente. Esta pared contrasta de manera interesante con los elementos más suaves y naturales de la decoración, como las plantas de interior, la lámpara textil y la alfombra de pelo largo.
La luz natural inunda la estancia a través de grandes ventanales, creando una sensación de amplitud y luminosidad. Las cortinas blancas y translúcidas permiten filtrar la luz y ofrecen privacidad al mismo tiempo.
En general, este apartamento es un ejemplo perfecto de cómo combinar estilo y funcionalidad en un espacio reducido. La atención al detalle y la elección cuidadosa de los muebles y accesorios han dado como resultado un hogar elegante y acogedor. ¿Viviríais aquí? ¡Feliz martes!
Fotos propiedad Alvhem
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