Y es básicamente por esa estética tan calmada, cálida y armónica conseguida sólo con colores neutros, pocos elementos y pocos contrastes.
Decorar las habitaciones infantiles sin que parezca el showroom de una tienda, ultramoderno o lleno de referencias a superheroes y en exceso infantiles, es todo un reto. Si además queremos que sea una habitación que con poquitas variaciones se adapte bien a los cambios de edad, es de hecho una de las tareas más complicadas en decoración.
Este encantador dormitorio infantil captura la esencia del diseño nórdico con su paleta de colores neutros, predominando los tonos blanco roto, beige y madera natural.
Las cortinas de lino transmiten una sensación de ligereza y frescura, mientras que la alfombra de pelo corto añade un toque de confort. Los muebles de madera, como la cama, la mesita y la estantería, aportan calidez y durabilidad.
Los detalles decorativos, como la lámpara de papel, el carrito de bebé antiguo, la casa de muñecas Little Dutch y los juguetes de madera, añaden un toque personal y hacen de este espacio un lugar único y especial para jugar y descansar.
La luz natural inunda esta habitación gracias a la gran ventana y las cortinas translúcidas, creando un ambiente luminoso y alegre. Los elementos decorativos, como el cuadro con el arcoíris y los libros infantiles, estimulan la imaginación y la creatividad de los niños. La combinación de elementos clásicos, como el carrito de bebé, con otros más modernos, como la lámpara de papel, crea un espacio atemporal y lleno de encanto.
¿Qué os parece? ¿demasiado clásico? no nos negaréis que el dormitorio es sencillo pero lleno de estilo ¿no?, el resto del piso es una monada, no os lo perdáis ¡feliz martes!
Fotos propiedad: Entrance Mäkleri
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