Con sus 40 m² y un alma que evoca historias pasadas – al tratarse de una vivienda de segunda mano – este salón nos enseña cómo integrar el encanto vintage en un ambiente totalmente acogedor.
En cuanto vemos el salón, los ojos se nos van al elegante suelo de madera en espiga, una joya atemporal que aporta sofisticación y calidez al ambiente. Este tipo de suelo, tan característico de otras épocas, se convierte en la base perfecta para construir un espacio lleno de confort.
Uno de los elementos que define este salón es, sin duda, el espacio dedicado a biblioteca que se extiende a lo largo de una de las paredes. No solo ofrece un espacio de almacenamiento práctico y funcional para los amantes de los libros, sino que también se erige como un elemento decorativo de gran impacto visual, aportando calidez y una sensación de hogar instantánea.
El mobiliario, predominantemente de madera, refuerza esa sensación de calidez y conexión con lo natural. Piezas con historia, quizás heredadas o encontradas en mercadillos, conviven con elementos más contemporáneos, creando una mezcla equilibrada y llena de carácter. La clave está en saber combinar estas piezas, respetando sus líneas y acabados, para lograr una armonía visual que transmita confort.
Aunque el baño y la cocina de esta vivienda casi conservan todavía su diseño original (a veces no queda más remedio hasta que el presupuesto permite una reforma) es en el salón, donde se ha puesto especial atención a crear un ambiente que invite al relax y al disfrute. Los textiles juegan un papel fundamental en este sentido: cojines mullidos, mantas suaves y una alfombra que delimita la zona de estar contribuyen a generar una atmósfera cálida y acogedora.
La luz natural que entra por la ventana se complementa con una iluminación artificial cuidadosamente elegida. Lámparas de pie con pantallas cálidas, una lámpara de techo de diseño singular y pequeños puntos de luz estratégicos crean diferentes ambientes dentro del mismo espacio, permitiendo adaptarlo a las distintas necesidades y momentos del día.
Los detalles decorativos, elegidos con mimo, son la guinda del pastel. Cuadros con marcos de madera, fotografías con historia, objetos encontrados que evocan recuerdos… cada pieza cuenta una historia y añade una capa más de personalidad al salón. ¿Os gusta este pequeño piso? ¿qué os parece la mezcla? muy resultón, ¿no? ¡feliz martes!

























Fotos propiedad Historiska hem
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